Pensar en una próxima renovación de la izquierda es ilusorio: la fragmentación es grande, la unidad minúscula, la anacronía evidente. Y, sin embargo, el país requiere, ante el cuadro descrito, una izquierda responsable, moderna, propositiva, y no sólo rabiosa, demagógica o desmayada. Digo “moderna” y pienso en la formación partidista de un centro izquierda socialdemócrata y de un centro-derecha demócratacristiano. Esta es la regla lógica y sería el partidismo para el siglo XXI. Deja que los extremos se manifiesten en los extremos, pero que las posiciones centrales las ocupe la seriedad política, sujeta a la ley y a la alternancia.Las elecciones del 5 de julio demuestran lo lejos que México se encuentra todavía de esta regla de convivencia. El tripartidismo es confuso y estéril.Carlos Fuentes, a modo de prólogo Loaeza piensa que es posible una izquierda moderna… una forma de gobernar favoreciendo a los muchos, es decir los pobres, y donde los pocos, es decir los ricos, participen generosa y creativamente. Una izquierda que se amista con los buenos empresarios. Que los reconoce como parte de la solución para todos… Más ciudadanos, más libres y más pudientes. Eso quiere la izquierda moderna y de eso ha escrito Guadalupe Loaeza los últimos 30 años.Sabina Berman
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Pensar en una próxima renovación de la izquierda es ilusorio: la fragmentación es grande, la unidad minúscula, la anacronía evidente. Y, sin embargo, el país requiere, ante el cuadro descrito, una izquierda responsable, moderna, propositiva, y no sólo rabiosa, demagógica o desmayada. Digo “moderna” y pienso en la formación partidista de un centro izquierda socialdemócrata y de un centro-derecha demócratacristiano. Esta es la regla lógica y sería el partidismo para el siglo XXI. Deja que los extremos se manifiesten en los extremos, pero que las posiciones centrales las ocupe la seriedad política, sujeta a la ley y a la alternancia.Las elecciones del 5 de julio demuestran lo lejos que México se encuentra todavía de esta regla de convivencia. El tripartidismo es confuso y estéril.Carlos Fuentes, a modo de prólogo Loaeza piensa que es posible una izquierda moderna… una forma de gobernar favoreciendo a los muchos, es decir los pobres, y donde los pocos, es decir los ricos, participen generosa y creativamente. Una izquierda que se amista con los buenos empresarios. Que los reconoce como parte de la solución para todos… Más ciudadanos, más libres y más pudientes. Eso quiere la izquierda moderna y de eso ha escrito Guadalupe Loaeza los últimos 30 años.Sabina Berman